Muchas veces esperamos unas vacaciones para tirar nuestras cargas interiores (estrés,
enojos, inseguridades...), esperamos un retiro espiritual, esperamos un evento espiritual,
esperamos el consejo de un conocedor de la vida, esperamos un mensaje del cielo que nos guíe
hacia la tranquilidad, esperamos unos minutos de oración... Cuando logramos algún evento de
estos y regresamos a la vida cotidiana volvemos a llenarnos de piedritas, de molestias, de
incomodidades y volvemos a cargarnos de emociones negativas.
¿Porqué sucede esto? porque nuestra alma aun no ha sanado, es necesario conocernos mejor
para comprender donde está lastimada y donde sanar, y el mejor taller es la vida
cotidiana. En la vida cotidiana es donde se reconocen nuestras limitaciones y donde se
superan, es ahí donde poco a poco lograremos ser los seres realizados que queremos ser,
es en la vida cotidiana donde aprenderemos a encontrar la paz, el amor y la sabiduría.
Podemos ir a tantos eventos espirituales nos permitan, pero la vida cotidiana siempre
será nuestro taller de superación, donde nos conoceremos interiormente y donde
utilizaremos nuestros conocimientos aprendidos por todos los medios para lograr el
reconocimiento de nuestras afecciones, el encuentro de nuestros medios de superación y
el lugar para ser felices en cada momento.
Es aquí, en la vida cotidiana donde se inicia el Camino a la Libertad.
Escrito por Rafael Zárate M.
La
Libertad Interior

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